1. First mobile y con uso offline/online
Debes llevar contigo, en tu dispositivo, una solución ágil, fácil de usar y con la tecnología adecuada.
Asegurar este requisito es fundamental e indispensable para que los usuarios que están a pie de campo, en primera línea, se animen a utilizarlo y lo adopten como propio. Debes elegir un sistema que agilice el proceso, no que lo complique.
La mejor opción es una solución nativa, disponible tanto para Android como para iPhone. Hay varias tecnologías para desarrollar aplicaciones móviles, sin embargo no todas son igual de eficientes. La tecnología nativa, propia y específica de cada plataforma permite una experiencia de usuario más próxima a la usabilidad de cada plataforma, así como una mayor agilidad y fluidez en su uso.
En entornos industriales, o lugares de difícil acceso, o a campo abierto, no siempre tendrás las cobertura de una red móvil o WiFi. Asegurar una funcionalidad offline para estos casos, derribará una de las barreras más habituales para adoptar su uso.
2. Fácil de usar…
Una máxima a seguir. Si no es fácil… no se usará.
Ya puede ser la herramienta más completa y potente del mercado, que si no es fácil de usar, se queda en su saco roto. Tener mucha potencia sin saber cómo utilizarla, vale de poco.
Visualiza por un momento tu proceso actual.
Toma datos en papel. Toma fotos con tu móvil. Vete a la oficina, con tu PC. Pica los datos en el Excel/Word, descarga las fotos en tu PC… colócalas en el Excel/Word… la firma, ¿dónde está la firma? Ahora lo envío por mail. Espero el plan de acción para resolverlo. Tic, tac, tic, tac… y luego lo sigo… si me acuerdo/tengo tiempo.
Hay que mantener las cosas simples y sencillas.
La solución que elijas debe permitir al usuario (empleado y/o mando) realizar el reporte de información o cumplimentar la lista de verificación en pocos clics y en pocas pantallas.
Tomar las fotos con el móvil, recoge la firma (con el móvil).
Y ya.
Visible para quien corresponda y a un clic de enviarlo por mail, WhatsApp o lo que quieras.
Y, vinculado al mismo, tener todo el plan de acción para su solución. Esto es, soluciones, responsables y plazos, con sus alertas correspondientes.
3. … y de configurar
En tu empresa todo está vivo: los procesos, los activos… y los escenarios cambian. La aplicación que elijas debe ser capaz de permitirte configurar diferentes tipos de formularios y/o listas de verificación.
Que tu aplicación disponga de varias formas de valorar y replicar cuestionarios es un punto muy importante que debes verificar.
Hoy, más que nunca, se hace necesario adoptar los diferentes protocolos de inspecciones a la situación cambiante.
4. Integrable
Querer realizar inspecciones y no poder conectarlo con tu base de datos de activos, empleados, usuarios, centros de trabajo, obras… es como el que tiene un tío en Granada.
Picar texto a mano que identifique el elemento que estás inspeccionando, pues no queda muy elegante. Tampoco es funcional.
Busca una aplicación que te permita tener en su base de datos estos elementos para que a la hora de realizar la inspección solo tengas que seleccionarlo, y no escribirlo.
Esta opción te permitirá realizar análisis coherentes y con trazabilidad. De otra forma, no podrás.
Que tu aplicación disponga de un API es una muy buena opción.
5. Transparencia
Esto es información en tiempo real y control de la situación de forma rápida y visual.
Organizar la información en un dashboard adaptado, según permisos de usuario y otros aspectos de tu organización te permitirá disponer
Imagina poder organizar toda la información más importante y verla de un vistazo, de modo que siempre pueda estar al tanto de todos los elementos esenciales de seguridad.
Esta función te permite obtener información sobre tus procesos de inspección y debería poder personalizarse según los miembros del equipo, las ubicaciones o el equipo. ¡Las posibilidades son múltiples con el sistema de inspecciones de seguridad y salud adecuado!