Se va el 2020, marcado por una pandemia cuyo origen es un virus hospedado en un pangolín que estaba en un mercado sin control de China, o a saber.
No había que alarmarse, sólo iban a ser 2 o 3 casos aislados.
No era necesario tomar medidas adicionales. Las mascarillas no iban a ser un problema. No eran necesarias. Ahora, son obligatorias hasta para ir por la calle dando un paseo.
Hemos modificado (casi) sin protestar nuestro estilo de vida para ir (o no) a la compra, al trabajo, a clase, de vacaciones …
2020 ha sido el año en el que nuestras vidas se transformaron sin previo aviso y por completo.
Decir que el 2020 ha sido complicado es quedarse corto.
En lo personal, y en lo que concierne a mi entorno más cercano y de colaboradores de AREASeys, doy gracias por no haber tenido ningún impacto grave negativo. Es lo más positivo que le agradezco a este 2020.
He pasado del vértigo inicial, y casi parálisis, a la reacción instintiva. Del no mirar más allá del día siguiente a tener la necesidad de tener todo programado, sin espacio para lo espontáneo.
Me he ahogado por momentos yo solo.
Solo cuando se consigue la serenidad, se toma el aire necesario para realizar las reflexiones más interesantes y extraer los principales aprendizajes.
Estos son las principales lecciones aprendidas que extraigo de de este 2020:
Aprendizaje #1. La seguridad y salud como valor estratégico
En el ámbito laboral, los profesionales de la seguridad y salud habéis hecho todo lo posible para mitigar los riesgos a los que la pandemia nos ha expuesto, y nos sigue exponiendo.
Muchos habéis sentido y llevado sobre vuestras espaldas una responsabilidad mayúscula.
2020 ha puesto la seguridad y salud en primer plano, más de lo que muchos hemos deseado nunca.
Todos queríamos una prevención de riesgos laborales más protagonista, pero no de esta forma. A los prevencionistas nos va más el protagonismo en segundo plano. El liderazgo silencioso.
Hemos elevado el debate sobre si primero va la producción o la seguridad, o viceversa. ¿O ambos a la vez?
¿Recuerdas: La seguridad y la salud deben ser una prioridad o un valor?
Ya sea por la seguridad de nuestras propias familias, amigos o colegas, hemos aprendido a anteponer el bienestar propio al común y, a la vez, de alguna manera, combinarlo con la continuidad de nuestras vidas y empresas.
Gracias a la pandemia, en muchas empresas se está incorporando la seguridad y salud como un valor. Se están construyendo cimientos sólidos que permitirán reforzar las ventajas competitivas vía mejora de la credibilidad de los modelos de negocio.
Aprendizaje #2. No subestimemos el distanciamiento social
A lo largo de estos meses, los profesionales de la prevención de riesgos laborales habéis creado planes de contingencia para mitigar el COVID-19.
Estos planes han supuesto cambios importantes en los procesos de trabajo diarios para reducir la exposición al virus.
El distanciamiento social ha sido la medida estrella, y lo sigue siendo. Si bien la salud física está en el centro de todo esto, nuestra salud mental se ha resentido. Estar separados de nuestros seres queridos ha sido muy difícil. El aislamiento como medida de protección ha aumentado los niveles de ansiedad y depresión en muchos.
Este distanciamiento social, a largo plazo, también tendrá sus consecuencias en la innovación. Será interesante ver cómo se mantiene el equilibrio entre la creatividad y el trabajo remoto.
Aprendizaje #3. La digitalización como facilitador
2020 ha sido una acelerador de la evolución digital. Previsiones para 5, 10 ó 20 años vista se han materializado en meses. A la fuerza ahorcan.
La prevención de riesgos laborales no puede quedarse atrás. La pandemia nos ha mostrado la necesidad de seguir avanzando en la digitalización de la gestión de la seguridad y salud.
Confiar en un sistema basado en papel o Excel en este momento hace que sea difícil implementar con éxito y eficiencia los sistemas de gestión o crear cultura preventiva.
Sin un sistema digital de gestión de prevención de riesgos laborales la visibilidad de su nivel de implantación o evolución y el día a día se hacen más complejos. La entrega de información o documentación sin un portal específico, la gestión documental sin firma electrónica, la realización de cuestionarios y evaluaciones de forma remota, formación on-line… son sólo unos ejemplos de cómo sin estas herramientas todo habría sido más difícil en estos meses.
Mitigar los riesgos del COVID-19 también es más fácil con una solución digital, ya que reduce la necesidad de viajes, visitas o puntos de contacto. Los técnicos de prevención de riesgos laborales deben estar al día de lo que sucede en sus centros de trabajo de forma remota.
Es más, la digitalización fortalece y acelera el sentido de responsabilidad, ya que las acciones dentro del sistema de gestión pueden mostrar quién y cuando está completando la agenda preventiva o la planificación.
Todo es más visible, y cuando esto sucede, es más transparente para todos.
La tecnología ha permitido que muchos perseveren durante esta pandemia e incluso que algunos vayan más allá, realizando estudios o informes que podían llevar meses, en pocos días.
Sin duda, esta pandemia ha sido un gran catalizador de lo digital.
Aprendizaje #4. Despidiendo el 2020 sin bajar la guardia.
Con todos los altibajos que hemos visto este año, ser abierto y saber adaptarse es fundamental. Muchos han tenido que cambiar su enfoque para sobrevivir.
2020, el año en el que vivimos peligrosamente, nos ha enseñado que es posible ir más allá con un enfoque flexible y mente abierta.
Cuando las cosas se ponen difíciles, abrimos nuestra mente y somos capaces de percibir con más claridad las amenazas como oportunidades.
La pandemia es circunstancial. Los días se hacen largos y los años cortos, y pasará. Por eso, no debemos bajar la guardia, y mantener todas las precauciones para evitar que se agrave, a la vez que recordamos y fortalecemos lo bueno que nos ha dejado este año.
Por un 2021 que deje el 2020 en eso, en un curso acelerado de cómo adaptarse al cambio.