«No» es una palabra poderosa. Como profesional de la prevención de riesgos laborales estoy convencido que muchos problemas se evitan con un «No». Muchas situaciones se complican con un «tal vez» y se enredan sobremanera con un «Sí».
Tuve un profesor que decía continuamente que si sabes que la respuesta es un «No», cuanto antes lo digas y gestiones, más problemas te ahorras.
No por lo implícito del «No». Más bien por 2 aspectos relevantes.
El primero. Las expectativas que puedes llegar a generar en la otra persona. Si va a ser que «No», mejor antes. No después. Antes mejor.
El segundo aspecto. Por la deriva que puede tomar. Si dijiste que «Sí» cuando sabías que podía ser un «No», vas a tener que recular.
Rectificar es de sabios, pero recular, no. Seguro que sabes lo que quiero decir.
Vas a pasar de lo bueno a lo malo. Y es mejor ir de lo malo a lo bueno, que no de lo bueno a lo malo. La mala noticia primero y la buena después.
Es un visión que me ha ahorrado muchos problemas.
Como Responsable (qué palabro!, esto da para otro artículo) de Prevención de Riesgos Laborales tengo varios ejemplos de «noes» que me ayudaron a avanzar. No a retroceder.
Uno de ellos lo recuerdo con especial cariño.
No llevaba mucho tiempo en la empresa. Aún no sabía por dónde me venían.
El caso es que tenía que actualizar bastantes Evaluaciones de Riesgos Laborales. Bastantes. En la empresa había un run run con respecto a un centro de trabajo. Algunos tenían ganas de que revisáramos la situación que allí había. Pero nadie me decía el por qué.
El caso es que llegó el día.
Llegué. Ví el panorama… y era un desastre.
Instalaciones sin legalizar. Áreas de trabajo y accesos peligrosos. Un archivo histórico no declarado. Sin medidas de protección contra incendios adecuadas.
No es cuestión de entrar en detalles… el tema era grave.
Suerte que nunca había pasado nada… grave.
Hice mi trabajo. Realicé la Evaluación de Riesgos Laborales y la presenté. Firmada. A mi jefe primero.
No la envié por mail. El asunto era importante.
Solicité una reunión. Presenté las conclusiones, las recomendaciones y posibles soluciones.
Sorprendentemente mi jefe me dijo que eso era muy grave y que debía exponerlo al Director General.
Me dieron audiencia. Solo ante el peligro.
El Director: «Buenos días»
Yo: «Buenos días»
Él: «Este documento que has elaborado no puede quedarse así. Tienes que eliminar todo lo referente las deficiencias que has encontrado y relativas a X.» – con cara seria. Sin torcer el gesto y silencio.
Esperaba algo más, pero solo obtuve silencio. Así que me tocaba hablar a mí…
Yo: «Esto… No, no puedo cambiarlo. La situación del centro es esta. Es necesario arreglarlo. Si modifico la Evaluación estoy incumpliendo con mi responsabilidad y ocultando un problema.»
Él: «Pero puede tener consecuencias legales para nosotros si alguien ajeno ve este informe»
Yo: «Entonces debemos arreglar las condiciones inseguras cuanto antes.»
Él: «Entonces, ¿no lo vas a modificar?»
Yo: «No»
Era la segunda vez que despachaba con el Director General. La otra fue cuando entré en la empresa, para presentarme. 2 minutos después, acabó la conversación.
¿Qué pasó después? En 2 meses se arreglaron todas las condiciones inseguras.
A mí no me pasó nada. Ese «No», contra toda intuición, me evitó muchos problemas después para desarrollar el verdadero objetivo por el que estaba allí.
Con ese «No» conseguí reafirmar la autoridad como profesional de prevención de riesgos laborales dentro de la empresa.
Sé que no siempre es fácil decir que «No».
Cada persona tiene su contexto, pero si eres esclavo del contexto, o cambias tú o cambias el contexto.
Esto no es una lección. No pretendo dar lecciones a nadie. El trabajo es siempre más fácil si la Dirección no mete los problemas de seguridad y salud debajo de la alfombra. Eso está claro.
Podía haber dicho que «Sí». Pero opté por el «No»
Aquella experiencia me permitió aprender algo más. Además de ponerlo en práctica.
Los informes y las cosas importantes, las que se deben arreglar de verdad y pronto, mejor que se comuniquen a quién proceda cuánto antes (sólo a quién proceda), dejando constancia de cambios y evitando tentaciones de alteraciones inapropiadas.
Presentando e implantando 6conecta, he conocido a personas que les da reparo tener todo digitalizado. Hay temor a que alguien vea lo que está mal.
Precisamente, por eso, debe ayudarte a revertir la situación.
Por eso, empecé a digitalizar todo y dejar trazabilidad de todo. Y así llegamos a crear 6conecta. Para hacer visibles los problemas. Mejorar y solucionar problemas.
Aquí , para digitalizar, decir las veces justas «No» y que otros digan que «Sí»